Por primera vez, dos misiones europeas en Marte —ExoMars Trace Gas Orbiter (TGO) y Mars Express, ambas de la Agencia Espacial Europea (ESA)— han dirigido sus instrumentos hacia un cometa que no pertenece a nuestro Sistema Solar: el cometa 3I/ATLAS.

El cometa interestelar 3I/ATLAS: un visitante difícil de observar desde la Tierra

El cometa 3I/ATLAS, recientemente observado por las misiones ExoMars Trace Gas Orbiter y Mars Express de la Agencia Espacial Europea (ESA), continúa su trayectoria hacia el interior del Sistema Solar. Su paso ofrece un acontecimiento astronómico de gran interés científico, aunque sus condiciones de observación desde la Tierra son muy limitadas.


Un visitante interestelar confirmado

3I/ATLAS fue descubierto el 1 de julio de 2025 por el sistema ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System), en Chile. Su órbita hiperbólica indica que proviene del espacio interestelar, lo que lo convierte en el tercer objeto de este tipo detectado, tras ‘Oumuamua (2017) y Borisov (2019).

Según los cálculos orbitales publicados por el Minor Planet Center y la ESA, el cometa se aproxima al Sol en un ángulo elevado respecto al plano de la eclíptica, lo que significa que nunca estará bien posicionado para observaciones prolongadas desde la Tierra.

Dificultades para la observación terrestre de 3I/ATLAS

Durante su máxima aproximación a Marte —a unos 30 millones de kilómetros a principios de octubre de 2025—, la Tierra se encuentra en el lado opuesto del Sol, una configuración que impide la observación directa.

Incluso cuando el cometa avance hacia el perihelio, seguirá manteniendo un ángulo solar muy pequeño, lo que lo hará prácticamente invisible para los telescopios terrestres.

Los modelos de brillo estiman que 3I/ATLAS no superará una magnitud aparente de +14, lo que lo sitúa fuera del alcance de la mayoría de telescopios amateur y solo detectable con equipos profesionales de gran apertura bajo condiciones óptimas y mediante seguimiento automatizado.

 

El papel de las misiones espaciales

Mientras tanto, las sondas ExoMars y Mars Express, situadas en la órbita marciana, han podido observar el cometa sin las limitaciones de la proximidad solar. Sus instrumentos analizan la composición de la coma y la emisión de gases, lo que permitirá conocer mejor la naturaleza de este material interestelar.

Recomendaciones para los observadores

Aunque 3I/ATLAS no será visible a simple vista ni con telescopios de aficionado, los astrónomos pueden seguir su evolución a través de los datos publicados por la ESA, el Jet Propulsion Laboratory (JPL) y los observatorios que logren registrar su paso.

Para los interesados en observar fenómenos similares, hay otros cometas periódicos brillantes que seguirán siendo excelentes objetivos para telescopios de entre 150 y 200 mm de apertura, especialmente en cielos oscuros. Atentos a nuestras publicaciones para saber cuáles son.


Un evento más para la historia de la astronomía moderna

La llegada de 3I/ATLAS representa un avance en la comprensión de los objetos interestelares y la capacidad de la ciencia europea para detectarlos y estudiarlos desde otros planetas.

Aunque no pueda observarse desde la Tierra, su paso quedará registrado como un logro de la observación astronómica interplanetaria.

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